Crossing switzerland
Dos años de trabajo tras una meta que parecía garantizada. Un objetivo de 390 kilómetros, cruzar Suiza desde Vaduz hasta Montreux. Un sueño trabajado por año y medio y una lección de vida tras un final inesperado.
Hace dos años me topé con la carrera llamada Crossing Switzerland, una carrera de ultradistanciaa que atrae a corredores experimentados de todo el mundo por su desafiante recorrido a través de las montañas suizas, y tanto la carrera como la distancia se veían muy alcanzables. Desde que me inscribí, mi mente me llevaba a la meta.
Sabía lo que implicaba y desde hace año y medio no dejé de entrenar, pero un entrenamiento de una hora diaria no era suficiente, pero eso lo sé hasta ahora.
A los seis meses de la carrera sabía que me tenía que poner las pilas e intensificar mi entrenamiento. Aunque intentaba ser constante, las demandas del trabajo y el estilo de vida lo complicaban. Mirando atrás, ahora se que debi haber estado mas comprometida sin importar mi situación. A los tres meses el entrenamiento se puso rudo, pero nunca al punto de no poder más o de que el cansancio fuera insoportable, y ahora sé que al menos debí haber replicado ultramaratones seguido o elevaciones tan grandes como las que tenía la carrera.
La carrera consta de 390 kilómetros para cruzar Suiza, y tienes siete días para completarlo, de los cuales hay cinco estaciones para dormir, bañarte, comer y prepararte para la siguiente etapa. Mientras estudiaba las 88 páginas de la guía del corredor, nunca se vio como algo imposible. De hecho, no es imposible, hay corredores que ya llegaron a la meta y otros que están por llegar, pero para mí sí lo fue, y ahora sé que necesito estar más fuerte… Un dolor de rodilla me hizo parar en el kilómetro 107, no fue un accidente ni una deshidratación, fue un dolor de rodilla, y eso se debe a la debilidad de alguna parte de mi cuerpo.
Las montañas de Suiza, con sus imponentes cumbres y desafiantes pendientes, eran tanto un espectáculo visual como un reto físico, sus montañas son más grandes de lo que me imaginaba, y al correrlas, su grandeza se refleja. Cada subida y bajada exigía mas de lo que había anticipado. Lo más que entrene fueron 1,200 metros de elevación, cuando acá, por día, había que alcanzar los 5,000 metros de elevación. ¿Qué estaba pensando? Pero eso, lo sé hasta ahora.
Los corredores que participaban pasaban de los 45 años, eso me dio el dato de que son experimentados y con años y carreras de experiencia. Tengo dos años para volver a replicar esto, pero ahora fuerte y bien hecho. ¿Cómo lo haré? Calendarizando mi entrenamiento por dos años, incluyendo carreras de 100 kms y 100 millas, carreras de varios días y haciendo más fuerza en el gimnasio que nunca. La alimentación me gusta hacerla bien, como bastante saludable, pero sí quiero probar más comida normal en ultramaratones en vez de tanto gel/gomitas. Después de las carreras que he hecho, me ha dado un dolor de estómago algo intenso.
Me pegó rendirme tan pronto, 107 kilómetros de 390 no es nada. He estado muy pensativa, adolorida del cuerpo y del ego, y llegando a conclusiones que me servirán para la próxima. Trato de no pensar en los “hubiera”, definitivamente no existen, pero a veces me cuesta no pensarlo.
Aquí algunos aprendizajes clave que me llevo de esta experiencia:
• Cada entrenamiento cuenta, sin importar cuán lejos esté el evento.
• La fortaleza mental es tan crucial como la física. Mi cabeza se quejó mucho durante la carrera, a mi esposo le debo esta lección, nunca se quejó y cuando paramos, me di cuenta de que iba sufriendo también, pero su mente iba tan positiva que él hubiera llegado más lejos que yo (paró también, iba esperándome y ya no le daba tiempo de llegar a la próxima base. Gracias por acompañarme, en la carrera, en las corridas y en la vida, gracias por enseñarme).
• Valorar cada cosa que implicó esta carrera, cada entreno, cada planificación, cada plática, cada gente nueva que conocí o que se suma a mi camino. El no haber llegado a la meta no le quita año y medio de vivencias, sacrificios y entrega.
• Necesito trabajar la paciencia, 19 horas en la montaña puede llegar a ser abrumador y desesperante.
• Salir de la zona de confort es vital; necesito practicar correr en diferentes momentos del día y condiciones, estar en continua incomodidad.
Aunque no logré completar la carrera esta vez, estoy decidida a volver más fuerte. Con un plan choncho y una nueva perspectiva, sé que puedo alcanzar la meta la próxima vez, al menos, lo volveré a intentar.