Maratón NYC
El desastre post-maratón
La milésima cita con nutriólogo. Algo andaba mal y lo supe desde el inicio.
Van varios años en que mi vida está rodeada de experiencias y aventuras, eso me hace sentir viva, punto. Pero esta vez, cruce la raya; lo que estaba siendo un experimento más, me llevo al hospital, con resultados de análisis alarmantes, y todo causado por no escuchar las señales que me dio mi cuerpo, lleve una alimentación que no era para mí. Llevo varios años investigando y experimentando con diferentes tipos de alimentación, ya le había dado el clavo con lo que me funcionaba, pero decidí moverle:
6 semanas antes del maratón de Nueva York, decidí ir a consulta con un nutriólogo, probablemente es el nutriólogo #14 que visito… sentía que el entrenamiento físico y mental estaba puesto en su lugar y listo, pero dude que mi alimentación fuera la indicada, cabe mencionar que soy una ñoña en temas de alimentación y llevo más de 5 años investigando y estudiando lo que le funciona a mi cuerpo. Pues dude de mí y visite a un experto. Desde que empecé con el plan alimenticio (alto en grasas y proteínas y casi nada de carbs), mi rendimiento era otro, mi ritmo cardiaco se elevaba en los entrenamientos, me sentía llena antes, durante y después de los entrenos y muy cansada…faltando 4 semanas hubo un ajuste a mi plan por que le externé q no me sentía al 100%. El tiempo transcurría y yo creía que no rendía porque mi cuerpo se estaba adaptando, y muy probablemente así era, pero justo en el pico del entrenamiento, se me hacía raro que mi rendimiento estaba por los suelos, y también, mis ganas por correr eran nulas.
Faltando 3 semanas entré a dieta keto porque “tenia” que bajar 3 kilos para llegar bien ligerita al maratón, peso 50k así que la meta era bajar a 47 kilos, dudando otra vez, le hice ochocientas mil preguntas, y con respuestas usando términos médicos me convencí de que el experto era el, así que seguí confiando. Mi mentalidad en ese momento era: “alguien me está haciendo mi plan de entrenamiento, de comida, yo solo cumpliré lo que se me indica, y el maratón será un éxito.”
Faltando 2 semanas en plena keto y con la última carrera de 3 horas, sabía que la alimentación no andaba en su lugar, investigue de dietas elevadas en grasa y proteina y si, los efectos secundarios son incomodos, náuseas, debilidad, etc, el famoso Keto flu, siempre externe mi preocupación, pero decidía confiar cuando me decía: “es normal, en el maratón la vas a romper”. (Y si, literal me rompí la madre por no escuchar mi cuerpo.)
Faltando ya una semana mi mentalidad era que, si este plan alimenticio no estaba funcionando para mí, podría ser un experimento más, de esos que me gustan, y no me lo tome tan serio… mi rendimiento seguía en los suelos, sabía que la distancia la podía correr, pero no estaba padre sentirme así a tan pocos días de la carrera. 3 días antes del maratón, al salir a correr 4k me preocupé, y hasta ese momento asumí que la había regado, pero seguí NECIA… 3 días antes estaba a tiempo de echarme para atrás, confiar en mi instinto, meterle la comida que mi cuerpo y mente sabía que me haca falta y arreglar el daño que estaba por hacerle a mi cuerpo, pero seguí…
El día del maratón me amaneció 4:30, agarré un puño de nuez de Castilla, un suero de bicarbonato y me fui al lugar de arranque, estuve en ayuno hasta las 9:15, ahí me comí las nueces, las cuales yo ya sabía que no me caían bien durante la corrida.
9:45 arranqué: el entrenamiento estaba en su lugar, mi mente también, volé los primeros kms, y en el km 18 las náuseas, el malestar y vomito hicieron que por poco abandonara la carrera, al km 20 vi a mi familia echando porras, eso y más de miles de personas apoyando hizo que de puro corazón lo corriera, mi ritmo bajo, el objetivo de correrlo en 3:30-3:45, se convirtió en tan solo poderlo terminar. Mi tiempo nada mal, al final hice 3:50, pero si me pregunto: ¿y cuánto hubiera hecho entonces? ¡Misma pregunta se hace mi coach a quien nunca le externe mi proceso de alimentación…mal!
Para la mañana siguiente un dolor tremendo en la boca del estómago me mataba, pensé que era normal, pero el día después, juraba que me explotaría, en el Dr. me hicieron ochocientos estudios, todo salía disparado. El análisis de Troponina salía elevadísimo, es el que indica si tuviste o tendrás un infarto, y así como ese; otros… de ahí me mandaron a Urgencias en donde hicieron ocho mil análisis más, los resultados llevaban a los doctores a diagnósticos alarmantes…Después de 1 día de pasar por todos los análisis, no se encontró nada, había tenido un muscle breakdown, una descompensación y un sobreesfuerzo con pocas o nada de reservas, eso hizo que los estudios salieran disparados.
Mi cuerpo me aviso que parara, me gritó que algo no estaba bien, y no le hice caso… no confié en mí, en mi cuerpo, en mi instinto. No fue el nutriólogo, no fue la primera dieta alta en grasas, ni la keto lo que me llevo a este desenlace, fui yo, por no confiar en lo que me pedía mi cuerpo. Espero hoy haber entendido que cada cuerpo es diferente, que nadie mejor que uno debe ser experto de uno mismo.
El maratón lo terminé bien, en un buen tiempo y feliz aun cuando no estaba fuerte y padecí más de la mitad del maratón. El resultado de una mala alimentación pudo haber sido fatal. Ya pasé por juicing, paleo, ayuno intermitente, vegetariana/vegana, keto… chance es momento de parar, fue una buena lección. Ahora, a buscar el siguiente reto…